Desde la portería también se escribe la historia franjiverde. Manolo Pazos, el 'Conde' de la portería, nos ha dejado hoy a los 89 años de edad. 191 partidos oficiales con la camiseta del Elche C.F., siete temporadas en Primera División y el recuerdo de sus estiradas bajo palos siempre perdurarán en la mente de todos los aficionados del Elche. Un señor del fútbol que, tras consolidarse como uno de los mejores porteros de Primera División en Celta de Vigo, Real Madrid, Hércules C.F. y Atlético de Madrid, llegó al Elche en 1962 para hacerse con un hueco eterno en el libro de historia del Club. Hoy el Elche C.F. está de luto por la pérdida de uno de los grandes mitos de su historia y de un portero de leyenda. La capilla ardiente está instalada en la Sala 1 del Tanatorio de Carrús de Elche y su último adiós será mañana sábado, a las 11.00 horas, en la capilla del Tanatorio de Carrús.
Manuel Pazos González (17-03-1930, Cambados, Pontevedra) defendió la portería ilicitana desde 1962 a 1969, y sus actuaciones le sirvieron para ser considerado uno de los grandes de nuestra historia. Junto a Chancho, Iborra y Quirant formó el gran cuarteto defensivo que paseó el nombre de Elche por todos los rincones de España. De Pazos se decía: “Contra el líquido elemento, contra el barro, contra el viento, contra su propia defensa, no descansa un momento y sus actuaciones son inmensas”.
Manolo Pazos empezó a jugar al fútbol en las playas de Fefiñans de su querida Galicia, consiguió dar el salto a Celta de Vigo y llegó a ser el guardián de la portería del Santiago Bernabéu en el Real Madrid de las grandes noches europeas, junto a Molowny, Miguel Muñoz, Di Stefano o Gento, entre otros grandes jugadores. Tras pasar por Hércules y Atlético de Madrid llegó al Elche en 1962 cuando tenía 33 años. Antes de firmar por el equipo ilicitano, los directivos del Elche se plantearon si ficharlo por uno o dos años, debido a su avanzada edad. Finalmente Manolo Pazos defendería magistralmente la meta ilicitana durante siete campañas.
Debutó el 16 de septiembre de 1962 en Altabix ante Osasuna, encuentro que ganó el Elche por tres goles a cero. Y a la edad de 39 años y tras disputar con el Elche 168 partidos en Primera y 22 de Copa se retiró dejando una huella imborrable en la historia del Club y en la memoria de su afición. Llegó a ser internacional Sub-23 y fue convocado para la Selección absoluta, pero tuvo delante a otra leyenda del futbol español, Ramallets, que le impidió hacerse un hueco en la portería de la Selección Española.
La siguiente anécdota refleja lo que significó Pazos en tierras ilicitanas: disputaba el Elche un encuentro de Copa ante el Pontevedra, un partido emotivo para Pazos al tratarse de sus paisanos. El Elche había igualado a cero en Pasarón y con el final cerca se volcaba sobre la puerta gallega para conseguir un gol que evitara la prórroga y diera el pase a la siguiente ronda. Y ya narra el propio Pazos… “Yo me encontraba más adelantado de lo normal, supongo que me acercaría para seguir nuestra jugada en ataque y de repente ellos recuperan el balón y desde lejos me chutan, la pelota va alta, llego fácil pero no quiero arriesgar y con las manos la despejo para que salga por encima del larguero. El grito del público me inquieta y al girar para atrás veo que estaba más adelantado de lo que creía y la pelota se cuela al fondo de la red”. Manolo estaba hundido, como una losa le cayó la culpabilidad de la derrota con la consiguiente eliminación y sólo podía suceder algo para que levantara el ánimo y eso mismo pasó. Al grito de “Pazos, Pazos” Altabix se puso en pie y rindió homenaje a su guardameta. Un error no iba a empañar su brillante trayectoria. Al día siguiente la victoria gallega pasó a un segundo plano y los medios de comunicación destacaban el gesto tan emotivo que se había vivido en Altabix.
Manolo Pazos, como hombre justo que es, quiso devolver el gesto a su afición y con este poema correspondió a los ilicitanos:
Elche es un bello jardín,
las ilicitanas las rosas,
con sus caras tan hermosas,
cual perfumado jardín.
Quisiera vivir en Elche
toda la vida,
hablar con sus gentes,
de gran simpatía.
No me saquen ya de Elche,
por compasión,
porque sus palmeras,
me hablan del Misteri
con gran devoción.
Es Santa María orgullo local,
sus playas cercanas
y su palmeral.
Su Dama de Elche,
de fama es mundial,
y si algo faltaba,
como bella joya,
la Nit de l´Albá.